Teorías de la subvocalización
Son aquellas que establecen una relación entre las alucinaciones auditivas y la subvocalización. Se fundamentan en las evidencias de que el habla interiorizada se acompaña la mayor parte de las veces de subvocalizaciones, esto es, de la actividad de los músculos responsables del habla que, en ocasiones, acompaña al pensamiento verbal (Sokolov, 1972).Autores como Gould (1950) o Green y Preston (1981), entre otros, han puesto de manifiesto que las alucinaciones auditivas se acompañan de subvocalizaciones. Por su parte, Johnson (1979) propuso que las alucinaciones se deberían a un daño en el mecanismo neurológico que toma parte en el habla interiorizada. Parte de la evidencia para este planteamiento la ofrecen estudios como el de Bahzin, Wasserman y Tonkongii (1975), quienes constataron la presencia de umbrales anormalmente altos en el oído derecho de pacientes esquizofrénicos con alucinaciones auditivas. En esta misma línea, existen datos que ratifican que los pacientes con alucinaciones tienen un umbral más alto sólo para los tonos de breve duración, en comparación con los sujetos sin alucinaciones (Babkoff , Sutton, Zubin y HarEvan, 1980). En síntesis, este tipo de datos apoya la idea deque puede haber anomalías en las áreas de procesamiento del habla del hemisferio izquierdo en las personas con alucinaciones. Hoff man.
La teoría de Slade y Benfall: el déficit en la habilidad meta-cognitiva de discriminación de la realidad:

Pese a las diferencias que existen entre las diversas teorías, todas tienen en común un mismo supuesto: en la alucinación el individuo atribuye erróneamente sus experiencias internas a fuentes de información externas. Sin embargo, Bentall (1990a,b) tiene razón al argumentar que ninguna de esas posturas es capaz de explicar por qué, en circunstancias normales, la mayor parte de la gente puede distinguir perfectamente entre hechos imaginados y reales. En un intento por dar respuesta a esta pregunta, Slade y Bentall (1988) han propuesto que las alucinaciones se producen a causa de una deficiencia en la capacidad para distinguir cuándo un hecho es real y cuándo es producto de su imaginación: según la propia expresión de los autores, las alucinaciones están causadas por deficiencias en la habilidad metacognitiva de evaluación y/o discriminación de la realidad.

5 Factores determinantes que favorecen la aparición de la alucinación:
- Arousal inducido por estrés
Un incremento en el nivel de arousal, producido a
su vez por factores estresantes, puede conducir a diversas alteraciones y, en
el caso del tema que nos ocupa, hay evidencia experimental de que el inicio de
las alucinaciones se asocia con un aumento en el nivel basal de arousal (Slade,
1976a; Tarrier, 1987).
- Factores predisponentes:
Papel que tienen
las diferencias individuales en la vulnerabilidad a la experiencia
alucinatoria. Tal es el caso de la presencia de déficit intelectuales,
concretamente respecto a habilidades lingüísticas para describir sus propias
experiencias mentales, en los sujetos con alucinaciones (Heilbrun y Blum,
1984), o la mayor capacidad de sugestión en los sujetos que alucinan en com pa
ra ción con los que no lo hacen (Mintz y Alpert, 1972),
- Estimulación ambiental :
Hay ciertos tipos de estimulación externa que
tienen un efecto inhibidor sobre la experiencia consciente de la alucinación.
- El papel del refuerzo:
Algunos
estudios de casos indican que algunos pacientes experimentan una reducción de
ansiedad después de la alucinación (Slade, 1972, 1973), mientras que otros
informan de una mayor perturbación (Tarrier, 1987). Es decir, puede que tanto
la reducción como el incremento de la ansiedad tengan como consecuencia un
efecto de persistencia de las alucinaciones.
- Expectativas
La información que recibimos no es inmune a
nuestras expectativas y creencias. Este hecho puede considerarse como una forma
especial de predisposición perceptiva: del mismo modo que las expectativas de
una persona le inclinan a «ver» un estímulo ambiguo con una forma estructurada concreta,
las creencias y expectativas demasiado concretas le llevarán a experimentar un
estímulo ambiguo como real o, por el contrario, como imaginario.
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