Las
alucinaciones constituyen, los tras trastornos más característicos de las
psicopatologías de la percepción y la imaginación, y uno de los síntomas de
trastorno mental por excelencia: el prototipo del loco es el de aquella persona
que dice ver o escuchar o sentir cosas que nadie más que él puede experimentar.
Sin embargo, pese a su indudable valor diagnóstico, no siempre indican la
presencia de un trastorno mental, o dicho en otros términos, su aparición no
está reservada «en exclusiva» a personas con trastornos menta les: algunas
personas sanas mentalmente pueden experimentarlas en ciertas situaciones,
pueden ser provocadas bajo condiciones estimulares especiales y, por último,
históricamente han constituido incluso un objeto de deseo para muchas personas
de muy diferentes ámbitos culturales.
Las alucinaciones son imágenes intensas y, por tanto, serían
más bien un trastorno de la imaginación, ya que lo que sucede es que el sujeto
percibe la imagen con tanta intensidad, que cree que ha adquirido un carácter
perceptivo. Con otras palabras, la alucinación sería considerada como una
representación exteriorizada.
Clasificaciones de las alucinaciones
SEGÚN SU COMPLEJIDAD:
Elementales, Complejas.
SEGÚN SUS CONTENIDOS:
Auditivas, Visuales, Táctiles o hápticas, Olfativas, Gustativas, Somáticas o
viscerales, Cinestésicas o de movimiento, Multimodales o mixtas
Tipos
de alucinaciones
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Alucinaciones gustativas |
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Alucinaciones táctiles o hápticas |
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Alucinaciones cinestésicas |
Principales trastornos en los que están presentes las alucinaciones
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Esquizofrenia |
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Episodio maníaco |
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Síndrome orgánico del estado de ánimo |
Teorías
psicológicas sobre las alucinaciones
Teorías dinámicas
Bajo esta
denominación se podrían englobar aquellas posturas que consideran a la
alucinación como la representación de deseos inconscientes, luchas, y
esperanzas del individuo. En el caso de que su contenido sea desagradable,
proporciona igualmente un dolor deseado inconscientemente. Las alucinaciones,
tanto en su contenido latente como manifiesto, ofrecen al clínico una
importante oportunidad para entender los deseos y conflictos del paciente y
pueden ser trabaja das como lo son los sueños, puesto que, al igual que ellos,
revelan el universo inconsciente del paciente (Fenichel, 1945).
Teorías de la
destilación
Bajo esta
denominación, Slade y Bentall (1988) incluyen aquellas teorías que explican el
fenómeno alucinatorio como resultado de una «destilación» en la conciencia de
la actividad mental que, en condiciones normales, permanecería a nivel
preconsciente.
Teorías de las
representaciones mentales en imágenes
Los primeros teóricos
ya afirmaban que la alucinación era simplemente una imagen mental exagerada.
Más recientemente, Mintz y Alpert (1972) argumentaron que el sujeto que alucina
se caracterizaría por tener unas imágenes mentales anormalmente vívidas y, por
el contrario, una escasa habilidad para distinguir entre lo que es real y lo
que es imaginario. En definitiva, desde esta postura se defiende que hay una
conexión entre la alucinación y la calidad de las imágenes mentales del
individuo
Teorías de la subvocalización
Son aquellas que
establecen una relación entre las alucinaciones auditivas y la subvocalización.
Se fundamentan en las evidencias de que el habla interiorizada se acompaña la
mayor parte de las veces de subvocalizaciones, esto es, de la actividad de los
músculos responsables del habla que, en ocasiones, acompaña al pensamiento
verbal (Sokolov, 1972). Autores como Gould (1950) o Green y Preston (1981),
entre otros, han puesto de manifiesto que las alucinaciones auditivas se
acompañan de subvocalizaciones.
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